Cómo dormir embarazada

Cómo dormir embarazada

Si habitualmente el descanso es una auténtica garantía de salud, para una mujer embarazada aún lo es más. El descanso es primordial durante el periodo de gestación. Ante la pregunta de cómo dormir embarazada, es muy aconsejable que se llegue a dormir ocho horas durante el embarazo. 

Aparte de las consecuencias habituales que conlleva la falta de descanso, dormir poco en una mujer embarazada puede aumentar el riesgo de sufrir una diabetes gestacional.

Dificultades para dormir durante el embarazo

Dificultades para dormir durante el embarazo

Sin embargo, algunas veces resulta complicado dormir, ya que durante el periodo de gestación el cuerpo de la futura madre experimenta notables cambios físicos que afectan al descanso.

Los motivos que pueden entorpecer el sueño son muy variados. Entre los físicos, durante los primeros meses las dificultades están relacionadas con cambios hormonales que provocan náuseas, vómitos y mareos. 

Pero, a medida que el bebé va creciendo en tamaño, cada vez es más complicado averiguar cómo dormir embarazada para adoptar una postura con cierta comodidad en la cama. 

Además, los órganos siguen desplazándose para dejar espacio al feto y se presentan otros síntomas como el aumento del ritmo cardiaco, la dificultad de respirar correctamente por la presión del diafragma o el reflujo gástrico, la acidez y estreñimiento. 

También aparecen los calambres en las piernas, el dolor de espalda por el aumento de tamaño del abdomen y su influencia en la curvatura de la espalda, así como la retención de líquidos. 

De la misma forma, aumentan las necesidades de ir al baño para orinar más a menudo, por la compresión que sufre la vejiga, algo que resulta especialmente engorroso durante la noche.

También hay que tener en cuenta las causas psicológicas, como el estrés y la ansiedad, que pueden provocar pesadillas y temores sobre el futuro. Por eso, se hace habitual el insomnio por el estrés y la cercanía del momento del parto, con las preocupaciones propias de ese momento.

Sin duda, el tercer trimestre del embarazo es el peor para poder descansar. Es el momento en el que suele aparecer el insomnio y cuesta más conciliar el sueño. Puede que te interese leer sobre Homeopatía para dormir.

Es normal que la mujer se encuentre cansada durante todos estos meses, porque el cuerpo necesita consumir dosis de energía bastante grandes para esa nueva vida. 

Además, aumenta en el organismo la progesterona, que provoca una somnolencia casi continua durante todo el día.

A todo esto hay que sumar, naturalmente, la incomodidad en la cama, porque cada vez resulta más complicado adoptar una posición confortable con un considerable volumen abdominal. 

Por ello, es importante conocer cuál es el mejor método para dormir durante el embarazo y conseguir el mejor descanso posible.

Algunas precauciones de cómo dormir embarazada

Algunas precauciones para dormir bien

Si te estas preguntando cómo dormir embarazada, quizás en estos momentos sea más importante que nunca observar una correcta higiene del sueño. Por lo que es muy importante mantener un horario similar tanto para acostarse como para levantarse. 

También es muy positivo hacerse una rutina de relajamiento según se va acercando la noche. Para asegurar el sueño nocturno tampoco es bueno hacer durante el día siestas muy largas. Puede que te interese leer Mindfulness para dormir mejor.

Hay que seguir una alimentación variada y equilibrada, sin comer demasiado antes de la hora de dormir. También es recomendable demorar un rato antes de irse a la cama. En cualquier caso, tampoco es bueno acostarse con hambre.

Se debe tomar suficiente agua durante el día, pero es bueno reducir la ingesta de líquidos antes de ir a la cama, por lo menos dos horas antes, con el fin de reducir los despertares nocturnos para ir al baño.

No se deben tomar medicamentos, hierbas, infusiones y otros posibles remedios contra el insomnio que no hayan sido previamente consultados y admitidos por el médico, porque pueden resultar perjudiciales sin control.

Se debe evitar en lo posible el estrés y tener un equipo adecuado de descanso. Que el colchón permita la libertad de movimientos y sea lo más transpirable posible es un plus de calidad para una embarazada.

La habitación debe mantenerse ventilada y fresca, porque muchas mujeres son especialmente sensibles al calor durante este periodo. 

Es necesario conseguir una temperatura ambiental que no supere los 20º en el dormitorio. Un ambiente cargado es propenso a favorecer el insomnio.

Las posturas más recomendadas sobre cómo dormir embarazada

Las posturas más recomendadas para dormir durante el embarazo

A la hora de determinar cuál es la mejor postura para dormir en el caso de una embarazada, indudablemente hay que tener muy presentes las características propias de cada persona. Lo verdaderamente importante es que se encuentre lo más cómoda posible.

Se pueden hacer recomendaciones al respecto. Se ha llegado a la conclusión médica unánime de que la mejor postura, desde el punto de vista de la salud, es la que permite dormir del lado izquierdo

También resulta bastante cómodo acostarse de lado y con las rodillas dobladas.

Las ventajas de esta posición se entienden por varias razones. Entre ellas, se facilita el bombeo del corazón y la circulación sanguínea, pues impide que el bebé ejerza algún tipo de presión sobre la vena cava inferior, que transporta la sangre desde las piernas hasta el corazón. 

También mejora el flujo sanguíneo hacia el feto, el útero y los riñones. Además,  mejora la oxigenación del bebé, evitando, igualmente, la presión sobre el hígado.

Las almohadas adicionales son un buen aliado para mejorar el descanso en esa posición. Un buen truco es colocar una almohada entre las piernas para aliviar, en lo posible, los puntos de presión. 

Esto facilita que la columna esté alineada y disminuye el dolor de espalda y de caderas. Es recomendable probar utilizando una almohada por debajo del vientre o entre las piernas. 

También una almohada recogida o una manta enrollada en la parte baja de la espalda pueden aliviar la presión.

Estas recomendaciones no implican que no se pueda reposar del lado derecho y cambiar la postura, como de hecho es lo habitual durante la noche. Por eso, no hay inconveniente, aunque es mejor que se intente no prolongar en exceso el tiempo en esa postura.

Posturas a evitar a la hora de dormir

Posturas a evitar a la hora de dormir

Aunque, en el fondo, de lo que se trata es de buscar la comodidad para conciliar el sueño, hay algunas posturas para dormir que no son nada recomendadas por los médicos en una embarazada.

Una de ellas es boca arriba, una de las peores posturas que se pueden adoptar. Lo cierto es que esto se va haciendo cada vez más imposible según avanza la gestación, porque el peso no deja respirar demasiado bien. 

Dormir así durante un tiempo prolongado puede acarrear problemas de espalda, porque todo el peso del útero recae sobre ella. Igualmente, entorpece el sistema digestivo, porque el peso también se traslada a los intestinos y contribuyen especialmente, al estreñimiento o la aparición de hemorroides.

Otra importante cuestión afecta a la circulación sanguínea. El peso del útero podría aplastar la vena cava inferior y se podría cortar el riego sanguíneo hacia las extremidades. Como consecuencia, retornará menos sangre al corazón. 

Esto puede resultar muy perjudicial tanto para la madre como para el hijo. Además, existen algunos estudios científicos que han llegado a la conclusión de que al estar tumbada boca arriba se produce una ralentización del ritmo cardíaco del bebé. 

Esto hace que permanezca más tiempo de lo recomendable en un estado que se denomina “de sueño tranquilo”, prácticamente inactivo. Esta situación añade estrés al feto y resulta bastante peligrosa, especialmente para los embarazos considerados de riesgo.

La otra postura no recomendada es boca abajo, posición que también se hace inviable al aumentar el volumen corporal. De hecho se acaba convirtiendo en algo imposible en las últimas fases del embarazo. Pero, además, no resulta muy recomendable y es mejor evitarla desde el principio

Cuando se duerme en esta postura, el peso del abdomen cae hacia abajo y aumenta la tensión en la espina dorsal, lo que afecta a la espalda. 

También afecta a la circulación, de modo que es mucho mejor tratar de no dormir así. Por último, aunque no sea tanto como para aplastar al bebé, sí que se le limita algo el espacio disponible y esto no le resulta muy beneficioso.


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Foto: Shutterstock

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